viernes, 2 de diciembre de 2011

LOS SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA



Introducción
Los siete hábitos de la gente altamente efectiva es un libro escrito por Stephen R. Covey con el objetivo de compartir aspectos para la autoayuda mediante siete hábitos. Este libro muestra varios ejemplos de la vida en el cual se muestran varios principios y valores que la gente tiene que llevar a cabo para tener efectividad en cualquier actividad. El libro lista treinta y dos principios de acción, que, una vez establecidos como hábitos, ayudarán al lector a alcanzar un alto nivel de efectividad en los aspectos relevantes de su vida. Covey argumenta que dichos hábitos están basados en principios de carácter ético, que —a diferencia de los valores—, son atemporales y universales.
El libro está dividido en tres secciones, cada una con capítulos relacionados a los siete hábitos. El autor focaliza a los principios como esencia del proceso.
Desarrollo
Los tres primeros hábitos tratan del auto-dominio. Es decir, están orientados a lograr el crecimiento de la personalidad para obtener la independencia.  Los siguientes tres hábitos tratan de las relaciones con los demás – trabajo en equipo, cooperación y comunicaciones; están orientados a lograr la interdependencia.  Finalmente, el hábito siete, se refiere a la renovación continua que le llevará a entender mejor los hábitos restantes.
Un hábito está en la intersección de tres componentes que se solapan: el Conocimiento, las Habilidades y el Deseo (o actitud). El Conocimiento le indica qué hacer y por qué. Las Habilidades le enseñan cómo hacer las cosas. El Deseo es la motivación, sus ganas de hacerlas.
Hábito 1: La proactividad otorga la libertad para poder escoger nuestra respuesta a los estímulos del medio ambiente. Nos faculta para responder (responsabilidad) de acuerdo con nuestros principios y valores. Ésta es la cualidad esencial que nos distingue de los demás miembros del reino animal. En esencia, es lo que nos hace humanos y nos permite afirmar que somos los arquitectos de nuestro propio destino.
Hábito 2: Comenzar con un fin en mente hace posible que nuestra vida tenga razón de ser, pues la creación de una visión de lo que queremos lograr permite que nuestras acciones estén dirigidas a lo que verdaderamente es significativo en nuestras vidas. Después de todo, para un velero sin puerto cualquier viento es bueno.
Hábito 3: Primero lo primero. Como corolario del proceso de victoria privada, después de adoptar el hábito de la proactividad que permitirá asumir responsabilidad, y habiendo definido el fin que se desea alcanzar, es esencial saber cuál es el siguiente paso. Este capítulo trata sobre eso. Se sugieren herramientas y métodos de priorización. Además incluye un cuadro en el que muestra las cosas urgentes y las importantes haciendo referencia a las personas que por no priorizar tareas su vida se mantiene en constantes actividades urgentes y continuo afán haciendo de este una persona reactiva.
La victoria pública está relacionada con la transición de la independencia hacia el ganar/ganar. En las actividades en las que toca al individuo relacionarse con otras personas, puede pensar de cuatro maneras: perder/perder (no me importa perder, si tú pierdes), perder/ganar (perderé aunque tu ganes) y sus correspondientes ganar/perder (te haré perder), y ganar ganar (podemos hacer algo en que ambos salgamos beneficiados). El término sinergia significa que el todo es mayor que la suma de las partes.
Hábito 4: Pensar en ganar/ganar (beneficio mutuo) nos permite desarrollar una mentalidad de abundancia material y espiritual, pues nos cuestiona la premisa de que la vida es un «juego de suma cero» donde para que alguien gane, alguien tiene que perder. Cuando establecemos el balance entre nuestros objetivos y los objetivos de los demás podemos lograr el bien común. Cuando nuestra determinación se balancea con la consideración para con los demás, estamos sentando las bases para la convivencia y la equidad entre los seres humanos.
Hábito 5: Buscar comprender primero y después ser comprendido es la esencia del respeto a los demás. La necesidad que tenemos de ser entendidos es uno de los sentimientos más intensos de todos los seres humanos. Este hábito es la clave de las relaciones humanas efectivas y posibilita llegar a acuerdos de tipo ganar/ganar.
Hábito 6: Sinergizar es el resultado de cultivar la habilidad y la actitud de valorar la diversidad. La síntesis de ideas divergentes produce ideas mejores y superiores a las ideas individuales. El logro de trabajo en equipo y la innovación son el resultado de este hábito.
En esta parte se explica el proceso de cambio, no cíclico sino lineal, a partir de las victorias anteriores, en un plan de llegar al cambio personal-amable
Hábito 7: Afilar la sierra (mejora constante) es usar la capacidad que tenemos para renovarnos en las cuatro dimensiones: física, emocional, mental y espiritual. Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles (roles) que desempeñamos en nuestras vidas.
Recomendaciones
No importa a cuántas personas usted supervise, hay una sola persona a la cual puede cambiar: a usted mismo. La mejor inversión que puede hacer, entonces, es en mejorarse a sí mismo desarrollando los hábitos que le harán mejor persona y mejor gerente. Si usted quiere cambiar cualquier situación, tiene que comportarse en forma distinta. Pero para cambiar su comportamiento, debe antes modificar sus paradigmas – su forma de interpretar el mundo.
Los siete hábitos los tomo como unas estrategias que sirven no solo como ser mejor persona sino también de forma empresarial; la comunicación, la comprensión, la administración, los diferentes tipos de paradigmas; todos estos y más son puntos esenciales que se deben detonar para un buen aprendizaje en mi desarrollo licenciado en negocios internacionales. Lo más importante de todo es que teniendo estas habilidades es necesario estar en constante práctica de ellos para seguir mejorando.

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